¿Es la savia la sangre de las plantas?


   La mayoría de las plantas se nutren de dos maneras diferentes: por un lado al absorber el agua y sales minerales por medio de las raíces y por otro, al fabricar azúcares a partir del bióxido de carbono del aire absorbido por las hojas. Se encontrarán entonces en el tallo de la planta, que sirve como unión entre raíces y hojas, dos tipos de vasos conductores.

  • Grandes vasos, a los que se les llamará vasos leñosos, que conducen el agua y sales minerales que constituyen la savia bru­ta, que va de las raíces a las hojas;
  • Canales finos, constituidos de células vivas que se les llamará vasos liberianos, que conducen la savia elaborada, que contiene las sustancias complejas que las células necesitan.

   La diferencia entre estos dos tipos de savia y la sangre, consiste en que en las plantas existe una doble circulación. La primera es ascendente, aportando agua y sales minerales al conjunto de la planta. La segunda es descendente y transporta los azúcares (junto con el oxígeno) desde las hojas donde han sido sintetiza­dos hasta las raíces. En los organismos provistos de un sistema sanguíneo, esta doble circulación está interconectada: la sangre irriga al conjunto del organismo, aportando a la vez sustancias provenientes de los alimentos digeridos y el oxígeno fijado en los glóbulos rojos.